Todavía no me quedo sin excusas

Dibujo: Computadora, lampara y taza de porcelana sobre un escritorio

¿Por qué no iniciar de nuevo con este asunto de los blogs?


Los blogs ya no están de moda

Nunca he dado con los lectores para mis escritos, ¿por qué se supone que voy a hacerlo ahora?

Nadie me está preguntando mi opinión

No es fácil escribir constantemente

No estoy convencida de que me guste la apariencia que tiene el blog

Tengo mucho que mejorar en mis escritos

Es difícil explicarme

....



Oh, sí. Todavía me quedan excusas —¿o debo decir miedos?— para no escribir esta primera entrada.

Estuve a punto de creer que eran razones, pero en realidad son dudas y temores. He de cargar con ellos mientras recorro este camino; espero que puedan disculparme si a veces interfieren.

¡Ya me gustaría poder dejarlos bien guardados! A salvo en la repisa, entre el último libro que me obsequió mi madre y el primer juguete que mi padre construyó para mí. Invisibles en el fondo del armario, entre ese examen reprobado y el premio que gané con un poema que nunca me acabó de convencer.

Pero los miedos no se guardan. No se dejan. Los miedos los cargas hasta que ya no puedes con tu peso y el suyo, o hasta que se convierten en orgullo.

Así que, bienvenidos. Ignoren los baches y disfruten este viaje entre escritos y lecturas.


Nos leemos el sábado, con la reseña de mi primera lectura del 2022.






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