El futuro no nace
Sembraron juntos la semilla del futuro.
Amaron juntos: el uno al otro, al mundo
a los versos escritos por extraños,
a las bromas que sólo ellos entendían.
Vivieron, fueron, contaron y cantaron.
Disfrutaron, trabajaron y...
La semilla del futuro se quedó olvidada
sobreviviendo, apenas,
sólo con él calor
que en la tierra dejaron esas manos.
Pero el calor se acaba (o se traslada, pues)
y el tiempo todo lo convierte en nada.
Está bien, no hay problema.
El futuro no fue como lo habían plantado.
Los extraños seguimos escribiendo versos
y ellos siguen amando.
Inspirado por el disparador creativo de LiterPo.
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